Carta abierta de Gregorio Hairabedian al Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan

Sr. Presidente de Turquía Erdogan

Teniendo en cuenta sus declaraciones reproducidas por con motivo del Centenario del Genocidio Armenio desafiando a la diáspora Armenia a presentar documentos relativos al genocidio de armenios, planificado, organizado y ejecutado por el Estado que representa, desde la Fundación Luisa Hairabedian, señalamos:

  1. La documentación a que hace referencia ha sido presentada oportunamente ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal nro. 5, Secretaría nro. 10 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde se sustanció el Juicio por la Verdad del referido genocidio.
  2. El Estado que usted preside fue exhortado por el Magistrado de la causa a presentar la documentación del caso obrante en sus archivos oficiales. Además, la mencionada rogatoria judicial expresa la posibilidad de practicar «in situ» todo tipo de investigación tendiente a la localización de las víctimas.
  3. La petición judicial diligenciada al efecto, fue negada por las autoridades representativas del Estado turco, argumentado que la Corte (esto es, el Juzgado interviniente) carece de facultades judiciales sobre la cuestión, ignorando de este modo el derecho internacional.
  4. Le recordamos, Sr. Presidente, que luego de practicar las diligencias investigativas del caso, de manera absolutamente independiente y sin mácula de ningún tipo, el nombrado Magistrado dictó el primero de abril de 2011 la pertinente resolución declarando, con entidad de sentencia, que el Estado turco ha cometido delito de genocidio en perjuicio del pueblo armenio en el periodo comprendido entre los años 1915 y 1923.

En el centenario de tan aberrantes crímenes que ofenden a la humanidad en su totalidad y, en especial, a la dignidad de su propio pueblo, solo se requiere, luego de la verdad debidamente declarada en sede judicial, su correlato insoslayable que es la justicia y las debidas reparaciones.

Sr. Presidente, no eluda sus responsabilidades con ardides que menoscaban su decoro humano y tienden a engañar a su pueblo.

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